¿Quién soy?
Según Foucault, el
hombre es una invención cuya fecha reciente muestra con toda facilidad la
arqueología de nuestro pensamiento[1]. Somos el reflejo que se dibuja en el espejo, mis
ojos, mi boca, mi ropa, mi cuerpo, mis relaciones, mis pensamientos, mis
acciones, mis cosas, mis palabras, mis pensamientos son un conjunto único de
todos.
Cuando pienso en la mecánica del poder, pienso en su forma capilar de existencia, en el punto en el que el poder encuentra el núcleo mismo de los individuos, alcanza su cuerpo, se inserta en sus gestos, actitudes, sus discursos, su aprendizaje, su vida cotidiana.[2]
Cuando pienso en la mecánica del poder, pienso en su forma capilar de existencia, en el punto en el que el poder encuentra el núcleo mismo de los individuos, alcanza su cuerpo, se inserta en sus gestos, actitudes, sus discursos, su aprendizaje, su vida cotidiana.[2]
Los discursos
de los antiguos son la imagen de lo que enuncian; si tienen para nosotros el
valor de un signo es porque, en el fondo de su ser, y por la luz que no deja de
atravesarlos desde su nacimiento, se ajustan a las cosas mismas, en forma de
espejo y de emulación. [3]
Mi locura es avalada por los que ven mi reflejo en su espejo, mis
palabras son atravesadas en los oídos de quien me escucha y mis letras son
reconocidas por quienes me leen. Yo reconozco
mi reflejo en tu espejo, lo propio del
saber no es ni ver ni demostrar, sino interpretar[4]. Interpretaciones y suposiciones que me lo confirma un
lenguaje, el murmullo de todo lo que se pronuncia, y es al mismo tiempo ese
sistema transparente que hace que, cuando hable tú me comprendas.[5]
El hombre y la vanidad mueven el mundo[6]. Mi
cuerpo, su adorno, mi caminar, mi dicción, lo construyen los reflejos de los
rizomas construidos a través del tiempo en el espacio. Mi sexualidad es obra mía, no es una revelación de aspectos secretos
del deseo, a partir de estas se formulan los modelos de mis relaciones y mis
nuevas formas de creación.[7]
Soy sabia, pero no de todas
las cosas. [8]Mi
idealismo, es víctima de un pensamiento moderno, permeado por la idea de pensar en lo imposible[9], mi libertad consiste en el
dominio absoluto de mi misma[10], y la prueba más
clara de mi sabiduría es mi continua
alegría. [11]
Un claro ejemplo
de mi entendimiento es todo este discurso, que tan sólo es una construcción
romántica de las palabras de Foucault, el cual sólo cito para expresar mejor mi
pensamiento. [12]
Lo que soy es sólo la imagen
que se dibuja en el espejo, mi reflejo eres tú, mi reflejo son ellos, yo soy
todos. No hay nada oculto, mis no
acciones, mis no palabras y mis omisiones son parte del mismo juego. Y sigo sin
saber quien soy exactamente. Tan sólo les pido que No me
pregunten quién soy, ni me pidan que siga siendo la misma.[13]
Lea Castillo Medrano
[1] Michel
Foucault, La arqueología del saber
2 Michel Foucault, http://es.scribd.com/doc/59911766/Citas-Michel-Foucault (poder)
[3] Michel
Foucault, Las palabras y las cosas
[4] Michel
Foucault, La hermenéutica del sujeto
[5] Michel
Foucault, Las palabras y las cosas
[6] Michel
Foucault, La historia de la sexualidad. Tomo 1.
[7] Michel
Foucault, La historia de la sexualidad. Tomo 1.
[8] Michel
Foucault, La arqueóloga del saber
[9] Michel
Foucault, La verdad y
las formas jurídicas
[10] Michel
Foucault, La arqueología del saber
[11] Michel
Foucault, Las palabras y las cosas1
[12] Michel
Foucault, La hermenéutica del sujeto
[13] Michel
Foucault, La Arqueología
del saber.
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